8.5.12

¡Qué Peligro! Hueco en la calle 23 va en la mitad de la vía


Redacción Tuluá
El Periódico

Un hueco de tamaña proporción obstaculiza el tráfico vehicular por la transcurrida calle 23, entre carreras 24 y 25 del municipio de Tuluá.
El foramen al parecer se ha formado por trabajos de adecuación de la alcantarilla de una vivienda del sector, que al parecer fue realizado recientemente y no se tuvo en cuenta sellar bien el terreno antes de aplicar la capa de material concreto.
La fisura sobre el pavimento ha sido pronunciada de manera rápida por las constantes lluvias, manifiestan algunos habitantes del sector, entre tanto, los taxistas indican que durante las horas nocturnas, han caído al tremendo hueco arriesgando dañar las láminas del vehículo, ya que este cuenta con una profundidad superior a la de las llantas de un taxi.
Es una obra que debe reparar la empresa de acueducto y alcantarillado de Tuluá, ya que según algunas personas, obedece a reparaciones en la tubería de aguas servidas, de acuerdo a la línea de la abertura.
Los ciclistas son los mayormente perjudicados, unidos a los motociclistas, quienes por evadir el foramen, ponen en riesgo sus vidas ante el constante paso de carros.
Fallas en obras de reparación en el sistema de alcantarillado, son frecuentes ver en la Villa de Céspedes, indican los taxistas quienes recorren el municipio en su extensa geografía, sin que la anterior administración haya tomado cartas en el asunto y ejecutara las labores de reparcheo o reparación total del daño.
Si bien es cierto estos trabajos deben contar con el debido permiso de las Secretarías de Planeación, Obras Públicas y de Centroaguas, es el municipio quien debe vigilar que se cumpla con lo estipulado en el permiso expedido, por cuanto es quien recibe los dineros del permiso.
Quedan los conductores de toda clase de vehículo automotor, motociclistas, ciclistas y aún los peatones y los propietarios y habitantes de las viviendas contiguas,  a la espera que se tape este hueco antes de que cause daños en los cimientos de las casas, por cuanto el agua lluvia puede penetrar por las comprometedoras ranuras.